jueves, 10 de mayo de 2012

Destino Génova 13. Javier Arenas cambia el chip




Muy parco y breve en palabras, desilusionado y sin ambiciones en Andalucía. Hablo del discurso de Javier Arenas en la investidura de José Antonio Griñán como presidente del Gobierno de Andalucía en su IX Legislatura.

Como ejemplo un dato: a mitad de su discurso pidió al presidente de la Cámara andaluza conocer si le restaba aún mucho tiempo. La duda que tenía esta servidora era saber si se refería al tiempo de discurso o se refería a lo que queda de ejercer como líder de la oposición en Andalucía. Lo cierto es que después de dejar atrás los ecos de la investidura de Griñán, Javier Arenas ya ejerce de líder del PP nacional y ataca a Rubalcaba al igual que a Patxi López, prueba de que está cambiando el chip y sus horizontes inmediatos están lejos de Andalucía, como ha sido habitualmente durante 30 años.

Controla sin fisuras el partido. Hará meses un ex dirigente andaluz recibió una llamada de Madrid animándolo a montar una estructura paralela a Arenas en Andalucía. Cuando colgó fue directo a contárselo. Sólo se ha oído a un militante criticarlo en público. Fue en un pueblo de Huelva y su presentador se deshacía en elogios. Para darle la palabra en un estallido de emoción procedió: “Con ustedes el único, el impresentable Javier Arenas”.Lo dijo su mujer hace años, su principal virtud: “Su obcecación”. Su principal defecto: “Lo mismo”.


ABC Sevilla 



Hoy es el barón con más poder y quien más manda en Génova después de Mariano Rajoy. Tras el congreso de 2008 y cuando Aznar comenzó a enseñar la patita, Arenas se posicionó sin fisuras junto a Rajoy y cortó su cordón umbilical con quien fue su líder mucho tiempo, quien le situó en Madrid y le hizo tres veces ministro y secretario general del PP.
No quiere sombras en su liderazgo. La mítica foto con el limpiabotas del Palace de Madrid le hizo daño y alimentó su imagen de señorito que tanto han explotado sus adversarios. Hay otra instantánea que marcó su trayectoria y dejó muda a su madre, María Rosa: la de Arenas entregando una pinza al líder de los comunistas, Luis Carlos Rejón. Aquel bienio 94-96 asedió al PSOE y acarició el poder. Su sueño se derrumbó y su plan político fracasó estrepitosamente hasta el punto de reforzar a los socialistas por muchos años.

En su cabeza bullen muchas ideas. Dice un ex colaborador que Javier es un creativo de la política. A comienzos de los 90, con Aznar en ascenso, Arenas se retó en Andalucía con el secretario general, Gabino Puche. El almeriense lo despreció: “Si Arenas es el presidente del PP-A y candidato, yo seré Obispo de Cuenca”. A los dos días, se hizo con las riendas, hasta hoy. Su obsesión: llevar al PP al centro. Hoy ha dejado de ser ese líder. Ahora ha cambiado el chip.

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