jueves, 9 de enero de 2014

Sobre las prisas en eso de la comunicación, la política... y la vida




El Gobierno español ya ha dicho que tiene que comunicar mejor, los hechos comunican, de hecho gobernar es comunicar, pero lo que parece es que no tienen en consideración que la comunicación tiene que estar también en la propia raíz de la toma de decisiones, en el corazón de la acción de gobierno.

Esta semana, el Ministerio del Interior de España anunciaba a los medios de comunicación mediante nota de prensa una operación contra el entramado de control de los presos de ETA, antes de que esta hubiera sido culminada dicha operación por la Guardia Civil.

Sin embargo, apenas media hora más tarde, el Ministerio del Interior español, enviaba la misma nota con un sorprendente encabezamiento en rojo: "La información enviada sobre esta operación antiterrorista queda anulada a todos los efectos". Fuentes del ministerio informaron que la nota de prensa emitida había sido remitida por error, ya que los agentes del Servicio de Información del instituto armado aún no habían terminado la operación, y temían que la precipitación llevara a alguno de los buscados a escapar a la acción de la justicia.

¿Anécdota? Crisis comunicativa en mayúsculas! Pero ¿por qué? ¿No hay una unidad en el mensaje?. ¿No hay tampoco firmeza en la manera y forma de transmitirlo?. ¿No hay comunicación entre ministerios y Gobierno? ¿Y dentro de los ministerios? Sea como sea, y escuchando y observando las reacciones posteriores, se percibe una tendencia al nerviosismo y si algo tenemos que tener claro es que en situaciones de crisis se transmite información por cada uno de los poros, en ciclos de 40 segundos, y en esos momentos el sudor puede llegar a ser muy evidente!

Un ejemplo más en comunicación política de cómo no se debe gestionar la notoriedad en esto de lo público porque comunicar es informar, sí, pero con intencionalidad. Si no hay estrategia, no hay comunicación; si no hay comunicación no hay persuasión, y sin persuasión, es imposible hacer nada. 




Hoy he releído: 


Fotógrafos presidenciales ¿para qué? Para que te recuerden



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